El día que se cayó la torre
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The day the toner fell
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por Clayton Howard
Todo ocurrió a finales de 1942. Yo tenía la responsabilidad de erigir la torre que sostendría la nueva antena. El Dr. Miner B. Stearns me ofreció su ayuda. La torre tenía forma cuadrangular. Los pedazos de madera se cortaron en el suelo y se taladraron unos agujeros en los cuales irían los pernos que la sostendrían. Se pusieron ganchos en el suelo para atar los cables de seguridad que ayudarían a poner la torre en su posición final.
Trabajamos dentro de la torre cuadrangular porque pensamos que era más seguro que trabajar por fuera. A medida que la torre iba creciendo, trepábamos por ella y una nueva pieza de madera era encajada para fijarla con pernos. La torre iba creciendo y se iban colocando los cables de seguridad más arriba. Usamos una pesada soga para sostener la torre en posición, mientras que los alambres permanentes se iban ubicando más arriba.
En ese día, ya habíamos alcanzado probablemente una altura de 40 pies y las cosas progresaban bastante bien. Estábamos ubicando más arriba uno de los cables de seguridad y habíamos puesto ya la soga substituta en su lugar.
El Dr. Stearns y yo comenzamos a trepar. No creo haber alcanzado la punta, cuando el gancho que sostenía la soga se soltó de la tierra en donde estaba sujeto. Todo lo que recuerdo es que sentí que la torre comenzó a moverse. Inmediatamente me di cuenta de lo que sucedía.
Después me contaron que ambos empezamos a bajar por la torre cuan rápido nos fue posible. Lo siguiente que recuerdo es que trataba de salir de la torre y que me llevaban de prisa a una clínica. Edmundo Zarria, uno de nuestros técnicos, se dio cuenta que yo había dejado mi cámara en la punta de la torre. Salió corriendo a la calle, salvó la cámara y también tomó fotos del desastre.
El Señor fue muy bueno con nosotros, porque la torre cayó hacia el sur. En ese tiempo, una pared de adobe cercaba las instalaciones de la estación y la punta de la torre cayó sobre esa pared. La base de la torre se elevaba a unos pocos pies sobre una base metálica. La parte de la torre en donde estuvimos nunca llegó al suelo. Si así hubiera sido, la estructura habría colapsado y se hubiese aplastado. Si hubiera habido otro cable de seguridad, la punta de la torre habría llegado hasta el suelo y hubiésemos muerto fácilmente.
Le hemos agradecido al Señor muchas veces por la protección que nos dio entonces. Sabemos que fue el Señor quien salvo ¡nuestras vidas aquel día!
by Clayton Howard
lt all took place back in late 1942. I was given the responsibility to erect a new tower to hold the new 31 meter antenna. Dr. Miner B Stearns offered to assist. The tower was square and was put up like a large-scale erector set. The wooden pieces were cut on the ground and holes drilled for the bolts to hold it together. Anchors were placed in the ground for the guy wires needed to hold the tower in position after it was completed.
We worked from inside the square tower as we felt it was safer than on the outside. We would climb up the tower as far as it had progressed, pull up the next piece of wood and bolt it in place. As the tower grew, we also moved the guy wires higher. We used a heavy rope to hold the tower in position while the permanent guy wires were moved.
On the fateful day we were probably up to a height of about 40 feet and things were progressing smoothly. We were moving one of the guy wires to a higher position so we had just placed the rope substitute in place.
Dr. Stearns and I began our climb. I don’t believe we had actually reached the top when the rope anchor slipped where it had been tied on the ground. All I remember is that I felt the tower begin to move and I immediately realized what had happened.
I was told later that both of us began to climb down the tower as fast as we could. The next thing l remember is trying to get out of the tower and being rushed to a medical clinic.
Edmundo Zarria, one of our national technicians, realized that I had left my camera at the top of the tower. He rushed out into the street and saved the camera and also took the pictures of the wreck.
The Lord was very good to us because the tower fell to the south. A mud wall surrounded the station compound at that time and the top of the tower landed on the wall. The base of the tower was elevated a few feet on a special metal base. The part of the tower where we were never hit the ground. If it had, the structure would have collapsed and we probably would have been crushed. If it had been any other guy wire that gave, the top of the tower would have hit the ground and we could have easily been killed.
We have thanked the Lord many times for this protection He gave us. We know it was the Lord who spared our lives that day!